Hubo dos cosas que nos sorprendieron en el camino. Uno se veía raro y bastante espeluznante.
La gente silenciosa
El autor de estas figuras es el artista finlandés Reijo Kela. Según nuestra amiga, sirven como un monumento dedicado a las personas que dejan el campo para vivir en las ciudades.
Las cabezas de los espantapájaros están hechas de tierra y paja, sus cuerpos lisos de madera hechos de palos están vestidos con ropas coloridas.
Estar allí nos dio escalofríos. El ambiente es misterioso. Este lugar nos dejó pensativos y de un humor filosófico.
Renos en el camino
Fue una de las partes más lindas de nuestro viaje. Se sintió como un cuento de hadas. En nuestras ciudades no podemos ver a estos animales corriendo libremente. En Finlandia los conocimos tan pronto como entramos en la «zona de renos» marcada en el camino.
Así que continuamos nuestro camino hacia Kuusamo, acompañados de renos, bosques, piezas de arte inusuales. Llegamos al destino en 2.5 horas.
En total, nuestro viaje de San Petersburgo a Kuusamo duró alrededor de 15 horas. Estábamos cansados, pero el destino valió la pena. Más detalles en el próximo post.